1 cuota de $29.875 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $29.875 |
2 cuotas de $17.248,33 | Total $34.496,66 | |
3 cuotas de $11.761,79 | Total $35.285,36 | |
6 cuotas de $6.413,66 | Total $38.481,99 | |
9 cuotas de $4.633,61 | Total $41.702,51 | |
12 cuotas de $3.755,04 | Total $45.060,46 |
Diariamente, los adultos realizamos actividades sencillas y cotidianas que conforman nuestros ritmos y rutinas. Muchas veces las realizamos de forma automática, enfocándonos en su resultado y no en el proceso que nos lleva a tal fin. Los niños, en cambio, desde edades muy tempranas, nos observan constantemente en “cómo” realizamos dichas actividades, y están interesados en poder desarrollarlas ellos mismos de forma autónoma. La creación de rutinas, es un proceso que cada niño transita a su propio ritmo, a través del cual aprenden y se apropian de las costumbres y elementos de su entorno. Por tal motivo, es importante acompañar de forma respetuosa este proceso.
La regularidad de sus percepciones y la presencia de actividades constantes, les brinda la posibilidad de anticipar lo que vendrá o sucederá luego. Orienta y motiva a actuar de forma independiente, evitar sensaciones de ansiedad y temor producto de las incertidumbres, y permite integrar a los niños en los sucesos del ámbito familiar. El orden exterior les permite construir referencias del entorno donde vive, aspectos que guían hacia una comprensión serena y armoniosa de su realidad. De esta forma, el orden exterior sobreviene como orden interior que otorga confianza y seguridad a los más pequeños, para interactuar y relacionarse con su ambiente.
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Autora: Lorena Castricini